jueves, 26 de marzo de 2020

Los sonidos de una ciudad silenciosa.

Y un día la rutina se detuvo, las calles quedaron vacías, las familias se refugiaron en sus hogares y la naturaleza tomó el control de las ciudades.
Entonces comenzaron a escucharse los sonidos de una ciudad silenciosa...las aves cantando al amanecer, los árboles agitándose por el viento, la lluvia al caer sobre el asfalto, la chicharra al cantar en la tarde calurosa, los grillos en la oscuridad de la noche...sonidos que en la vorágine de todos los días eran ignorados, como la llegada y partida del tren, las campanadas de la iglesia en la noche ahora marcaban el pasar de las horas.
Fueron tiempos de contemplar tras el vidrio de la ventana el cielo cubierto de estrellas, tiempos donde la vida comenzó a cobrar otro sentido. Mientras empezaban a aquietarse las mentes, se reverdecían los espacios marcados por el ir y venir cotidiano, el cielo se volvía más azul, los ríos cristalinos y el aire más puro.

pensamiento...

De nada sirve que escribas una historia con dos protagonistas y un final feliz si uno de ellos ya renunció a su papel.