Llegaste a mi vida sin que yo te busque, rompiste mis paredes, mis esquemas y cuando empezabas a ser indispensable te fuiste, dejándome más dudas que certezas.
De pronto me di cuenta que estaba sola otra vez y tuve miedo, porque esta vez sentí angustia en mi pecho como nunca antes había sentido.
Tenerte cerca y sentirte tan lejos no fue fácil. Aunque había algo en mi que tampoco me dejaba acercar. Te entendí y al mismo tiempo busqué aunque no encontré motivos suficientes para nuestra distancia.
Hoy te veo y ya no me duele pero aún no tengo la valentía de acercarme. Lucho todos los días contra mis ganas de hablarte y aunque a veces no lo logro trato de darle tiempo al tiempo para sanar nuestras heridas... Confío en que en el momento justo el cielo nos dará otra oportunidad.
martes, 29 de marzo de 2016
Confío y espero..
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