jueves, 10 de diciembre de 2015

Capítulo 1: Secretos de sangre (segunda parte)

Mientras caminaba hacia él sólo tenía presente que a partir de ese día dejaría atrás una vida llena de carencias y que llegarían días de lujos y distinciones. Pensaba que ya no tendría de que preocuparse.
A partir de ese momento su vida cambio. Mientras Antonio pasaba el día en el centro ocupado por su trabajo, ella pasaba las horas recorriendo el inmenso jardín que rodeaba su residencia retirada de los ruidos de la ciudad y en ocasiones, por las noches, ambos frecuentaban los cocteles de las figuras más sobresalientes de la alta sociedad, en los que su presencia era admirada por los caballeros y envidiada, y hasta a veces mal vista, por sus esposas, aunque a ella nada parecía afectarle.
Pero mucho antes de que lograse acostumbrarse a esta nueva vida una propuesta muy tentadora e imposible de rechazar llegaría a manos de su marido, el abogado más reconocido de la ciudad y sus alrededores. Pronto aquellas reuniones de negocios a las que asistía acompañándolo comenzarían a formar parte de su rutina.
A meses de las próximas elecciones políticas aun faltaban candidatos que fuesen capaces de hacer frente a las autoridades vigentes y lograran salir victoriosos. Se necesitaba alguien con capacidades intelectuales y la popularidad suficientes para llegar a la muchedumbre y convencerla de que era la mejor opción para conseguir un cambio. Sin dudas él con su matrimonio terminaba de cumplir con los requisitos necesarios para alcanzar el éxito.
La ambición de ambos los empujo casi inmediatamente hacia un mundo totalmente desconocido pero por demás cautivador. A partir de ese momento quedaron inmersos en la vorágine de las campañas políticas, debates y entrevistas. En el pasado dejo sus tardes apacibles para convertirse en la esposa más reconocida de la ciudad mientras posaba para las cámaras junto a su marido, el candidato a alcalde más popular en esos tiempos.
Llegado el día de las elecciones decidieron esperar los resultados en la tranquilidad de su residencia, en las afueras de la ciudad. Sentados con una copa de vino frente al hogar a altas horas de la noche recibieron la confirmación de que todo aquello pasado había dado sus frutos. A partir de ese momento serian reconocidos como el alcalde y su primera dama.
Rápidamente llegaron las grandes responsabilidades y acabaron con sus momentos de ocio que disfrutaban en la comodidad de su domicilio; pues debieron mudarse a una nueva casa en la ciudad para poder cumplir con sus obligaciones en tiempo y forma.
Ahora tenía todo lo que alguna vez su madre había soñado para ella; un marido exitoso, dinero y todo lo que se podía imaginar. Las privaciones ya no eran un tema de conversación en su vida. Claro que ahora tendría otras cosas de que preocuparse.
Acompañar a su marido en esta nueva etapa implicaba tanto esfuerzo como el de estar a cargo de la conducción de una ciudad. Pasaban sus días cumpliendo con reuniones y compromisos. Los cocteles ya no eran los de antes, ahora la política era el tema central en las reuniones, en su casa, en las fiestas. La rutina consumía sus horas.

Mucho antes de lo que pudo imaginar comenzó a no disfrutar tanto del trabajo de su marido y de su nueva vida. Los días comenzaron a parecerles eternos y aunque su guardarropa contara de exclusivos vestidos, delicados tapados y con todos los zapatos y carteras que pudiese desear por triplicado nada parecía lograr alejarla por un momento del universo de la política. 

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pensamiento...

De nada sirve que escribas una historia con dos protagonistas y un final feliz si uno de ellos ya renunció a su papel.